Desde la Comisión Directiva de la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina y el colectivo de arqueólogxs de Tierra del Fuego manifestamos nuestro repudio y rechazo a la medida inconsulta y unilateral de las autoridades de la Administración de Parques Nacionales de cambiar el nombre al lago “Acigami” ubicado en el Parque Nacional Tierra del Fuego por el de lago “Roca”, no respetando la autonomía provincial que en 1994 sancionó la Ley 180, cuyo objetivo es devolver los nombres otorgados por los Pueblos Originarios a las diferentes geografías del lugar con el fin de rendir reconocimiento y respeto a su preexistencia sobre el actual territorio nacional Argentino (Art. 75 inc 17 de la Constitución Nacional).
El Parque Nacional Tierra del Fuego, además de tener la función de proteger y conservar el patrimonio cultural tangible e intangible que se ha transmitido de generación en generación como es la lengua originaria Yagan, presenta evidencias científicas que confirman sin lugar a dudas la preexistencia de este pueblo canoero en las costas del Onashaga (canal Beagle) desde hace al menos 7000 años.
La restitución en el año 2008 del nombre Acigami, como parte de la toponimia Yagan, fue significativa y vital en el camino hacia el cumplimiento de los derechos constitucionales de los Pueblos Originarios para la puesta en valor de sus tradiciones y también para la reivindicación de la herencia e identidad cultural de Tierra del Fuego. En este sentido, cabe destacar que el nombre Acigami corresponde al topónimo original, que se encuentra documentado en el primer mapa oficial de la Gobernación de Tierra del Fuego e Islas Malvinas del año 1888 y elaborado por Paz Roldan para el Atlas Geográfico Argentino.
Por otra parte, los dichos del vocero presidencial Manuel Adorni, propagan discursos invisibilizadores, de odio y desprecio hacia los pueblos originarios, ya que reivindican la “Campaña Genocida” llevada adelante por el ex presidente Julio Argentino Roca hacia fines del siglo XIX y tergiversada como “Campaña del Desierto” con el fin de imponer cultural y discursivamente la consolidación de un Estado Nacional bajo la falsa idea de un territorio “Desierto” que debía ser “Poblado”. Asimismo, las palabras de Cristián Larsen, actual presidente de la Administración de Parques Nacionales, quien se refirió al acto de cambio de nombre a “Acigami” como “revisionismo berreta del Kirchnerismo”, desvalorizan el aporte y los reclamos del pueblo Yagan, así como también las investigaciones científicas desarrolladas por equipos de arqueología que trabajan en ese territorio desde la década de 1970.
Declaraciones mal intencionadas y carentes de respaldo empírico sólo incrementan el desconocimiento y la manipulación cultural, como lo expresado por el legislador Ramiro Marra de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quien afirmó que el lago Acigami fue nombrado de esta manera por los Mapuche; desconociendo la falta de evidencia alguna que indique la presencia de este pueblo en momentos previos a la llegada europea a la actual Tierra del Fuego.
Las constantes narrativas negacionistas y de odio propagadas por el Gobierno Nacional y sus funcionarios, avasallan el cumplimiento de normativas y reglamentaciones nacionales e internacionales vigentes formuladas con la intención de respetar, reconocer y reparar hechos de inusitada violencia institucional, como se repudian en el Convenio 169 de la OIT.
Por respeto, como una mínima acción reparadora hacia el pueblo Yagán y en cumplimiento de la Ley Nacional 22.351 Art. 18 inc. W, que establece entre sus funciones “Resolver sobre la toponimia en los lugares sujetos a su jurisdicción procurando restablecer la original”; aguardamos que se revierta esta decisión y se restituya su denominación originaria a este lago.
Mantener el nombre “Roca” es retroceder en el reconocimiento y la reparación de los delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado Argentino en su etapa de consolidación.
Comisión Directiva AAPRA
Colectivo de arqueólogxs de Tierra del Fuego