Desde un avión militar -contratado por los terratenientes de la zona- se arrojaban caramelos y comida para que los niños salgan del lugar donde se escondían en el monte y así ubicar a sus padres para luego masacrarlos.
Unos 130 uniformados, criollos, civiles y estancieros algodoneros de capitales extranjeros descargaron 5000 balas de fusil contra mujeres, hombres, niños y ancianos de Pueblos Originarios de lo que entonces se conocía como Territorio Nacional del Chaco. Después de la balacera, los blancos arremetieron con machetes y persiguieron por días a los sobrevivientes.
Las familias originarias reclamaban mejores condiciones laborales y que se les permitiera trabajar en los ingenios de Salta y Jujuy. Pero la orden del gobernador Fernando Centeno, nombrado por el presidente Marcelo Torcuato de Alvear de la Unión Cívica Radical (UCR), fue negar la salida de la “reducción” y la obligatoriedad del trabajo en condiciones de esclavitud en la zafra de algodón. Los trabajadores persistieron en sus reclamos y el gobernador ordenó la represión.
La violencia a los sobrevivientes continuó por décadas: se obligó a callar a los que pudieron esconderse de los estancieros blancos y la Historiografía oficial ocultó estos hechos de los discursos de la constitución de nuestra Nación.
Gracias a las memorias orales y a partir de los relatos de la matanza, la Justicia argentina reconoció, en estos últimos años, como crímenes de lesa humanidad en el marco del genocidio indígena a estos hechos.
Así, en múltiples instancias judiciales, se ordenó al Estado un resarcimiento económico. En 2022, la Gobernación de Chaco y el Estado nacional pidieron perdón por la Masacre de Napalpí.
Hoy, a cien años de la matanza, honramos la memoria de las víctimas de la codicia terrateniente, también de los trabajadores en condiciones de esclavitud en explotaciones agropecuarias, de los que ven expoliados los recursos naturales en manos de potencias extranjeras, de los que son corridos de sus tierras por causas económicas y laborales, y de los olvidados de la Historia y de los relatos oficiales.