Podemos evidenciar, en este nuevo aniversario de la instauración del Golpe de Estado gestado por la cúpula militar y avalado por instituciones sociales, religiosas y políticas, un uso no proporcional de las fuerzas de seguridad del Estado para reprimir manifestaciones políticas y sociales pacíficas, y la creación de narrativas para acallar disidencias. De ahí la vital importancia de reflexionar sobre nuestro pasado reciente de torturas, muertes y desapariciones de todos aquellos que no aceptaban el pensamiento único.
El ejercicio de la Memoria requiere pensar en las luchas de anteriores generaciones por la democracia y por los derechos humanos. Y también revisar, recorrer, resguardar los espacios donde el Estado autoritario ejecutó el horror que truncó vidas. Hoy su materialidad nos devuelve su memoria.
Es importante destacar que nuestra disciplina se aboca al estudio del pasado a partir de sus restos materiales y reflexionar sobre los comportamientos sociales que los produjeron. Sea que hagamos arqueología de cazadores recolectores, como en sociedades con mayores grados de complejidad política, urbana, colonial o de impacto, debemos recordar que nuestro valor como profesionales también radica en realizar aportes, saberes y nuevas preguntas sobre cómo se construye la memoria y el pasado de nuestro país.
La AAPRA agradece a las/os muchas/os arqueólogas/os que trabajan en post de recuperar, resguardar y analizar las materialidades producidas entre 1976 y 1983 con un solo objetivo: mantener viva la llama de la Memoria, la Verdad y la Justicia.