Es de máxima preocupación la noticia sobre la embestida a institutos históricos, entidades culturales y museos que está llevando adelante el Ministerio de Desregulación a cargo de Federico Sturzenegger.
El Ministro -que ya había trabajado con Cavallo, De La Rúa y Macri- dispuso la fusión y la disolución de entes claves para pensar nuestra sociedad actual y del pasado que estaban bajo la órbita del Poder Ejecutivo.
Entre otros, se destaca la fusión del Instituto Nacional Yrigoyeneano y el Instituto Juan Manuel de Rosas. El primero, creado como ente autárquico por la Ley 26.040, que tenía como objetivos la investigación, la enseñanza, la exaltación, el estudio, la ponderación, la promoción y la difusión de la personalidad del Doctor Hipólito Yrigoyen y de su obra. El segundo, creado el 6 de agosto de 1938 por un grupo de estudiosos interesados en investigar y difundir la obra de Juan Manuel de Rosas y la época de la Confederación Argentina. Con los decretos 26/97 y 940/97, reafirmados por la Ley 25.529 en el 2001, se oficializó con el nombre de Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, y se dedica a la enseñanza y la difusión de la personalidad y el gobierno del caudillo.
También está siendo vulnerado el Museo Nacional de Bellas Artes, que pasará a depender de la subsecretaría de Patrimonio a cargo de Liliana Barela; y corren el mismo destino el Palacio Libertad (antes CCK), Tecnópolis y la CONABIP (que administra las Bibliotecas Populares).
Una suerte similar recae para la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos (CNMLBH) que será reemplazada por un consejo asesor ad honorem . La CNMLBH fue creada en 1940 por la Ley Nacional 12.665 como entidad autárquica, y entre algunas de sus funciones se encuentran designar y proteger los bienes, lugares y monumentos históricos de nuestro país.
Mismo destino para otros entes que resguardan nuestra identidad nacional: se menciona también en la medida del gobierno al Instituto Browniano, al Belgraniano, al Newberiano y el Juan Domingo Perón. También se eliminará el Consejo Directivo y los representantes provinciales del Instituto Nacional del Teatro.
Los embates del Gobierno a estas instituciones muestra la aversión de Milei hacia lo popular y lo nacional. Este accionar es un nuevo intento de invisibilizar tramos de nuestra historia nacional cuando se batalló contra los poderes coloniales. Borrar la historia con un único fin: pretender que usufructo del territorio siga en manos extranjeras.
Ante estos agravios, desde la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina seguiremos dando batalla cultural a la destrucción desmedida y apátrida.
“La historia no se repite pero rima” nos enseñó Mark Twain, y en este nuevo verso nos encontramos defendiendo la cultura, la identidad y la soberanía por sobre aquellos que temen al pensamiento crítico.